sábado, 1 de noviembre de 2014

Imani Coppola, rizando el rizo musical

Llevo meses queriendo escribir sobre la carrera de Imani Coppola, una de las cantantes más carismáticas del panorama actual. La suya es una carrera macerada a base de decepciones con la industria, experimentos comerciales y expiación artísitica que merece la pena conocer un poco.

Imani Coppola, que nada tiene que ver con Francis Ford Ídem, creció en una familia de clase media-baja de Brooklyn, de madre afroamericana y padre italiano. El gran legado de su infancia fue principalmente musical, y es capaz de tocar el violín, el piano, la guitarra, la batería y probablemente lo que le echen.

Se dio a conocer al gran público en 1997, con apenas 19 años. "Legend of a Cowgirl" fue un jitazo que ni siquiera era el mejor tema del disco "Chupacabra", pero que le permitió sonar en todas las radios del mundo, provocando que mucha gente se preguntara quién era aquella chica raruna que mezclaba rap, voces moduladas, sampleos, country y música experimental. Qué ingenuos, aún no habían visto nada.


Ya apuntaba maneras de extraño especímen en la industria musical, y desde el principio demostró su pasión por las múltiples personalidades (como en la ya mencionada "I'm a tree" o en "It's all about me, me and me"), que con el tiempo ha llevado, como veremos, al desdoblamiento extremo en su carrera.

En 2000 llegó lo que a muchos cantantes le llegan: la dilapidación industrial. Columbia Records canceló su segundo álbum y ella, con apenas 22 años, se dio cuenta de lo que pocos cantantes se dan cuenta: que el éxito le había llegado por la vía fácil, y que ahora tocaba currárselo de verdad para demostrar su valía.

Se encerró en casa y se dedicó a hacer lo que más le gustaba: explorar sus posibilidades como artista. Sacó varios álbumes y EPs bajo su nombre, que en ocasiones incluso regalaba en los conciertos que daba por la ciudad. Imani crecía artísticamente, pisaba escenarios frente a diez personas, y se fue liberando de la frustración de haber sido una niña mimada de la MTV y posteriormente haber sido arrojada al retrete de los one-hit-wonders.

En 2004 lanzó "Afrodite" bajo el sello Mental Records. Aún arrastraba coletazos estilísticos de "Chupacabra", pero el disco fue un peldaño más en su crecimiento, con ritmos pop, funky y sonidos electrónicos más limpios.



2007 fue otro año crucial en su carrera. Lanzó "The Black & White Album", y fue el inicio de su desmelene creativo. Aquí apostó por un sonido casi garajero, tan acústico como en ocasiones sucio, donde se desgañitaba y casi podías visualizarla destrozando guitarras en el estudio y maltratando hammonds. No estaba mal para una chica que diez años antes militaba en la MTV con pintalabios carmín y pelo afro de boutique.



Aquí comenzó su verdadero desdoblamiento musical, y unió fuerzas con el productor Adam Pallin, fundando el glorioso grupo Little Jackie. Entre ambos crearon un sonido de pop cincuentero, pegadizo, con tintes souleros de la Motown, aparentemente ingenuo pero con letras mordaces en ocasiones rapeadas con un fondo musical único hasta la fecha. Era 2008 y "The Stoop" fue una delicia para los oídos (y los críticos) que aterrizaron en él:



Little Jackie sacó su segundo disco en 2011, "Made4tv", y rizó aún más ese rizo de sonidos pop y canciones pegadizas. Quedaba demostrado que Imani Coppola era inconformista porque el mundo la había hecho así, y Little Jackie le abría una senda creativa donde todo valía, desde los vídeos musicales hechos por pura diversión...



...hasta otros no aptos para según qué trabajos:



Entretanto, Imani Coppola no ha abandonado su carrera en solitario, y en 2012 lanzó "The Glass Wall", con temazos como "State of the Art" o este "The Kids are Dangerous", ambos de marcado corte electrónico y posiblemente de escucha no muy fácil para quien todavía crea haberla encasillado:



Así es como Imani Coppola ha alcanzado la paz mental: siendo ella misma, aprendiendo desde cero y explorando sus facetas creativas, colocándolas por delante del éxito comercial. Recientemente, Little Jackie ha lanzado otro disco, "Queen of Prospect Park" (en clara referencia a sus orígenes brooklynianos) con temas como "Haters Club", y que ha vuelto a conquistar la crítica especializada (scroll abajo).

Lo último, ultimísimo, de ella es otro rizado de rizo de su personalidad: el grupo de punk rock Pussy Story, donde ella toca la batería a dúo con Nikolitsa Boutieros. Ahora escuchad este "Skinny Pussy" y trazad el camino marcado desde el primer vídeo enlazado arriba. ¿Se puede molar más que Imani Coppola?



Podéis conocer más a Imani Coppola en:
Y a sus proyectos en: