viernes, 4 de octubre de 2013

Las lágrimas de Elvira

¿Cuántos tipos de lágrimas eres capaz de diferenciar? De felicidad, de pena, de rabia, de alivio... Seguramente tú tienes tu propia lista, que cambiará según los motivos que la vida te haya dado para llorar.

Quien también tendrá su lista es Elvira Fernández, la mujer de Mariano Rajoy. Como cualquier ser humano, Elvira habrá tenido sus momentos en la vida para llorar, pero a mí me vienen a la mente dos escenas que tuvieron lugar en los últimos años. Ambas han quedado registradas para la posteridad.

La primera escena sucedió el 9 de marzo de 2008. Una Elvira compungida lloraba en el balcón de Génova para tratar de diluir la derrota de Rajoy en las urnas. Probablemente pensó que aquella sí que sí, que ya le tocaba a su marido ser presidente, pero que inexplicablemente volvía a ganar aquel tipejo con las cejas raras y que no hacía más que hablar de leyes antitabaco, de dependencia, de matrimonios gays, de igualdad de género, de violencia machista, de memoria histórica o de libertad religiosa.

FOTOS: Gorka Lejarcegi / AP

La segunda ocasión también está ampliamente documentada. Fue el 20 de noviembre de 2011. Aquí la situación se invertía: Rajoy celebraba su victoria en las elecciones generales sobre aquel tipejo que no hablaba de nada, y se hacía con el despacho ojal de la Casa Moncloa, superando incluso los resultados de un tal Aznar. Elvira, vestida de verde esperanza, lloraba, aunque no sé exactamente si de emoción por el triunfo, de alivio por dejar atrás tanta derrota, por la pereza de tener que mudarse, o de nervios ante lo que suponía una legislatura envenenada como la que se le avecinaba a MR.

Casi dos años después de aquellas lágrimas, daría lo que fuera por escuchar las conversaciones en la cama antes de dormir del matrimonio Rajoy-Fernández. ¿Qué comentarán al saber que más de 2.300 personas al día se quedan sin cobertura sanitaria? ¿O que hoy, tal vez, se ha suicidado otra persona desahuciada de su casa? ¿Se darán las buenas noches con un "Hasta mañana, si Dios quiere"?

Se me ocurren otros motivos por los que a Elvira podrían saltársele las lágrimas: palpando el pesimismo social por la gestión de su marido, leyendo la definición de la palabra "chorizo" junto a la foto de su cónyuge en el "Economist", o comprobando cómo la huelga vuelve a ser la única arma para un pueblo que ve cómo la educación de calidad comienza a ser inaccesible. Me imagino incluso a Elvira contestando el teléfono de casa, y resulta que al otro lado de la línea está ese tal Aznar preguntando cómo va lo de Adelson y tal, mientras Elvira le pasa a su marido el teléfono diciendo: "Mariano, es para ti, es el presidente".

Hoy, la España de Mariano Rajoy es la España heredada de su propia gestión. Dos años después, ya no podemos hablar de la herencia socialista. La estrategia de alquitranar la gestión del anterior gobierno ha acabado salpicando y manchando el suyo propio (aunque él solo vea hilillos), así como el futuro de miles de jóvenes y no tan jóvenes que tienen que emigrar para, no ya demostrar lo que valen, sino ganarse la vida. Ya, ni los toreros ni las flamencas nos granjean amistades en el extranjero.

Elvira, ahora te hablo a ti, que seguro que tienes mano izquierda con Mariano. Háblale y dile que salga a la calle, que gobierne para nosotros y no para una troika que con la excusa de la crisis está convirtiendo en jabón nuestros derechos sociales para sanear los bancos. Dile que aquella niña ya es mayorcita, pero que probablemente no se atreverá a soñar con tener un hijo porque se niega a hipotecar su educación antes incluso de que tenga que emigrar para pagársela. Estamos perdiendo el sueño, los sueños, y eso sí que es para llorar.

5 comentarios:

  1. No es buenísimo, es magnífico. Estás sembrado. Felicidades.

    P.Abuelo

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  2. ¿Por qué no se exige una Titulación Superior en Gobierno y, después, unas Oposiciones?
    ¿Es que no es un trabajo para gente muy cualificada, para gente que haya demostrado sobradamente su idoneidad para el cargo?
    ¿Por qué cualquier imbécil puede ganar unas elecciones y gobernar a millones de personas?
    ¿Por qué estamos a merced de las estúpidas decisiones de unos ineptos?
    ¿Por qué volverá a ganar el PP en las próximas elecciones y nos gobernará Esperanza Aguirre?
    ¿Por qué la única oposición que hay es la del estribillo: "y tú más"?

    Sólo nos queda llorar, Elvira.

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