domingo, 9 de abril de 2017

Balance 2016

En 2012 comenzó la tradición de marcar en un calendario qué tal había sido cada día de mi vida, según una terna de colores (para días buenos, malos y nefastos). Seguí haciéndolo en 2013, en 2014 y en 2015, y en 2016 lo volví a hacer, y elegí así los colores:
  • Verde: para los días buenos (o los normales).
  • Gris: para los días malos.
  • Negro: para los días muy malos, casi dramáticos.


Las estadísticas quedan así:

  • De los 366 días del año (el segundo bisiesto desde que hago este análisis), 64 han sido malos y 302 han sido buenos, es decir, ha habido un 17,5% de días malos, una media de 5'3 días malos al mes. Las cifras se parecen mucho al año anterior (65), y al otro (62), y al otro (66). ¿Será que hay cierta estabilidad en mi vida, que ya las cifras comienzan a asemejarse?
  • El periodo más largo de días buenos ininterrumpidos fue del 1 de enero al 1 de febrero, que contando los seis días anteriores de diciembre de 2015, hacen un total de 37 días, sin duda mi récord de días buenos consecutivos. ¡A superarlo!
  • Los meses con más días malos han sido junio (con 9) y marzo y julio (con 8). Los veranos, aparentemente, no se me dan bien.
  • Los días de la semana con más días malos han sido los lunes y jueves, con 11 días. ¿Tendrá que ver con mi etapa de currante durante varios meses?

Resumen del año 2016

Un año diferente, con una etapa laboral interesante en México, y estable en lo que se refiere a las emociones de todo tipo. Supongo que ha sido un año de preparar el terreno para otras cosas en este 2017 en que publico esto, ya en abril. Empieza a verse algún fruto, pero, sinceramente, aún no lo considero suficiente. Quiero más.