- Verde: para los días buenos (o los normales).
- Gris: para los días malos.
- Negro: para los días muy malos, casi dramáticos.
Las estadísticas quedan así:
- De los 366 días del año (el segundo bisiesto desde que hago este análisis), 64 han sido malos y 302 han sido buenos, es decir, ha habido un 17,5% de días malos, una media de 5'3 días malos al mes. Las cifras se parecen mucho al año anterior (65), y al otro (62), y al otro (66). ¿Será que hay cierta estabilidad en mi vida, que ya las cifras comienzan a asemejarse?
- El periodo más largo de días buenos ininterrumpidos fue del 1 de enero al 1 de febrero, que contando los seis días anteriores de diciembre de 2015, hacen un total de 37 días, sin duda mi récord de días buenos consecutivos. ¡A superarlo!
- Los meses con más días malos han sido junio (con 9) y marzo y julio (con 8). Los veranos, aparentemente, no se me dan bien.
- Los días de la semana con más días malos han sido los lunes y jueves, con 11 días. ¿Tendrá que ver con mi etapa de currante durante varios meses?
Resumen del año 2016
Un año diferente, con una etapa laboral interesante en México, y estable en lo que se refiere a las emociones de todo tipo. Supongo que ha sido un año de preparar el terreno para otras cosas en este 2017 en que publico esto, ya en abril. Empieza a verse algún fruto, pero, sinceramente, aún no lo considero suficiente. Quiero más.